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A la hora de alimentarnos no sólo debemos fijarnos en qué consumimos, sino también la forma en cómo lo hacemos.

Seguramente has ido de compras al mercado y de repente te has antojado de una fruta. Y probablemente no le has visto nada de malo en consumirla así, sin lavar. Este error que todos hemos cometido alguna vez en la vida,  puede ser la causante de diversas enfermedades o reacciones adversas.

Una de ellas es el brote o alergia llamada ‘listeriosis’, una infección que se presenta por ingerir alimentos contaminados con listeria; una de las tantas bacterias que están en el medio ambiente.

Además de la listeria, existen otros parásitos y virus que contaminan los alimentos frescos, algunos de ellos vienen del mal compostaje del estiércol bovino que se usa como fertilizante en algunos cultivos orgánicos, las aguas residuales con las que se riegan los cultivos y el contacto de estos con animales e insectos, o la mala higiene en el transporte de las cosechas hasta los supermercados y nuestra casa.

Las superficies, el aire, e incluidas las manos humanas que entran en contacto con productos enteros o cortados, son otras vías de contaminación en el sistema de cultivo, cosecha, empaque, procesamiento, envío y preparación de productos para el consumo.

¿Cómo lavar los alimentos?

Todas las frutas y vegetales se deben lavar con agua y limpiar con una servilleta antes de ingerirlos. Así eliminas virus, bacterias y residuos de los insumos utilizados en el campo que pudieron quedar en las frutas o vegetales.

Dependiendo de la firmeza y el tamaño del alimento, se recomienda que los productos se froten bajo el agua con las manos o un cepillo limpio. Si prefieres puedes dejarlos por unos minutos en un recipiente con agua y un poco de bicarbonato de sodio.

No es necesario que se usen detergentes o jabones para limpiarlos, no está demostrado que estos sean más efectivos que la simple agua.

Otros consejos de limpieza son:

  • Desechar las hojas exteriores de los alimentos como la lechuga y el repollo.
  • Pelar los productos que se requieran como los duraznos o las manzanas.
  • Limpiar los alimentos con toallas húmedas de papel para reducir las bacterias.

Los alimentos que vayas a consumir y deban pelarse o cortarse, debes consumirlos de inmediato. Una vez cortados, éstos empiezan a decolorarse, oxidarse y ponerse flácidos por la pérdida de agua. Si permites estos cambios físicos en tus alimentos cortados, empezarán a crecer microorganismos de descomposición que pueden afectar tu salud.

No olvides tomar medidas de limpieza en tus alimentos, manipularlos y procesarlos con las manos y utensilios limpios, de esta forma garantizas tu seguridad alimentaria y la de tu hogar.

 

Fuentes:

https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1043452609570040?via%3Dihub

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16496573

https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0956713514003405

https://aem.asm.org/content/70/11/6420.long

https://npic.orst.edu/faq/fruitwash.html

https://www.ct.gov/caes/cwp/view.asp?a=2815&q=376676

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2640071/