Imagínate una plaga. Tal vez pensaste en una invasión o infestación no deseada, que nos puede afectar de alguna manera. Una imagen recurrente pueden ser los roedores, o las cucarachas, pero el universo de las plagas en extenso, también pueden ser los hongos que pueden afectan las plantas, o malas hierbas; o una nube de insectos como la langosta, conocida en los relatos biblicos, o el chikungunya de reciente popularidad.
Para controlar las plagas, la humanidad ha recurrido a múltiples herramientas a lo largo de la historia, los plaguicidas son una de ellas. Estas sustancias están altamente reguladas, y deben usarse con sumo cuidado. Como sociedad contamos con una importante guía para gestionar estos productos, se trata del Código de Conducta para la Gestión de Plaguicidas de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, que define a un plaguicida como: “Cualquier sustancia o mezcla de sustancias con ingredientes químicos o biológicos destinados a repeler, destruir o controlar cualquier plaga que pueda ser nociva para la salud humana, animal o vegetal”.
En la siguiente infografía te contamos el ABC de los plaguicidas que pueden ser utilizados en casa, en la agricultura o en los parques de las ciudades. Conoce su definición, sus usos, su clasificación toxicológica y las recomendaciones de uso.