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En 2019 Latinoamérica registró más de tres millones de personas infectadas y 1.538 muertes por esta enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti

Asentado entre nosotros, el mosquito transmisor del Dengue, Aedes aegypti, es un huésped indeseable. Basta una picadura, para que este mosquito sea capaz de transmitir el virus del Zika, la fiebre Chikungunya y el Dengue.

Un poco de agua almacenada, en un espacio reducido o un predio baldío, es suficiente para desatar una de las epidemias más sentidas en la región. En 2019, Latinoamérica registró 3.139.335 casos, cifra seis veces mayor a la de 2018, que fue de 561.393 casos, señala la Organización Panamericana de la Salud, (OPS).

El dengue preocupa a las autoridades sanitarias de las Américas, porque en 2019, en algunos países el número de personas infectadas se triplicó. Los  países con mayor número de fallecidos por Dengue fueron Brasil con 789, Honduras 180, Colombia 87, Guatemala con 66 y República Dominicana con 53. Uruguay fue el único país de la región que no registro infectados.

El panorama no es alentador cuando se revisan las alertas sobre el impacto del Dengue en los primeros meses de 2020; las cifras aumentan dramáticamente. En las primeras 4 semanas del 2020, Bolivia, Honduras, México y Paraguay reportaron un incremento de dos a tres veces más casos de dengue en comparación al mismo periodo del año previo. Según el último reporte del Ministerio de Salud de Argentina, en la temporada actual que va desde el 29 de julio de 2019 al 5 de abril de 2020, se notificaron 14.237 casos confirmados, esto es 7 u 8 veces más que en la misma temporada 2018-2019.

De acuerdo con especialistas y diversos estudios consultados, a este zancudo le favorece las condiciones climatológicas tropicales y en donde las temporadas lluviosas por el cambio climático pueden ser copiosas, acumulándose el agua en los recipientes viejos y abandonados del patio, lugares en donde estos insectos depositan sus larvas.

Actualmente no existe una vacuna contra el virus del Dengue, por eso el Doctor Eladio Asdrúbal Meléndez Alvarado, responsable de Epidemiología en el departamento de Granada en Nicaragua, resalta que la única manera de controlar la epidemia es eliminando el mosquito, a través de hábitos de higiene en los hogares y de las medidas de prevención comunitarias de los Ministerios de Salud en toda la región. Es decir que además de vigilar los patios y eliminar todas las fuentes de agua estancada, las personas deben utilizar mosquiteros con insecticidas, se deben aplicar repelentes en la piel y la ropa, y deben utilizar mallas en puertas y ventanas. Finalmente, las autoridades sanitarias son las encargadas de diseñar y aplicar estrategias de control de plagas de salud pública, que incluyen el control de los vectores con plaguicidas químicos y/o con el uso de métodos biológicos.

Dengue, un virus altamente letal

Una simple picadura de la hembra del Aedes aegypti en menos de 4 o 7 días puede comenzar la acción en el organismo humano infectado. La víctima primero puede sentir un simple dolor de cabeza, luego un poco de fiebre que debe ser motivo de preocupación, porque va acompañada de otros síntomas como cansancio, vómito, dolor abdominal, muscular o sarpullido.

Para el doctor Meléndez, el hecho de que una persona presente fiebre y que además exista abundancia de zancudos en la zona donde vive, es un fuerte motivo para sospechar que puede ser dengue. Por lo que acudir a los centros de salud, unidades de salud o centros de atención primaria es primordial.

Los casos de dengue más leves suelen curarse en casa y mientras la persona se mantenga hidratada y repose puede recuperarse en menos de tres días, siguiendo las indicaciones de los médicos.

En muchas ocasiones el dengue no registra síntomas por lo que se confunde fácilmente con otras enfermedades. Así lo señala Héctor Gómez-Dantés, Director de Emergencias Epidemiológicas de México, en un estudio denominado El dengue en las Américas.

Los factores alarmantes que la persona no debe pasar por alto son cuando después de dos o 3 días, pasada la fiebre o no, el dolor abdominal persiste, empieza a vomitar, se muestra inapetente, decaída y se marea al levantarse. En este momento, el paciente necesita ser hospitalizado, añade el especialista.

Lo peor que puede ocurrir es el llamado shock hipovolémico por Dengue. Es lo que popularmente conocemos como la fase hemorrágica del Dengue, un proceso bastante complejo para el cuerpo de un individuo infectado.

La sangre está compuesta por un 80 por ciento de agua y un 20 por ciento por las plaquetas, glóbulos blancos y rojos. El virus del dengue genera una presión en los vasos sanguíneos, lo que hace derramar todo ese material. Esto altera la capacidad de trasportación de oxígeno y por ende el metabolismo celular disminuye creando una insuficiencia de oxígeno en los órganos.

Según el doctor Meléndez, provocado este shock es difícil que ese líquido pérdido regrese al cuerpo y al no llegarle oxígeno a órganos vitales como riñón, corazón o cerebro, empieza a haber una cascada de gravedad hasta provocar la muerte.

Los grupos de riesgo de contraer dengue son las personas jóvenes, los menores de cinco años, los mayores de 60 años, las embarazadas, los diabéticos, los asmáticos, los hipertensos y otros.

Control y prevención del Dengue

Tener una vida saludable empieza al nivel del autocuidado. El simple hecho de bañarse, usar ropa limpias y lavarse las manos va generando en la persona un deseo de bienestar, que se vuelve completo si ese cuidado lo traslada a su hogar y a su comunidad, señala el doctor Meléndez.

Debemos adquirir el hábito de limpiar nuestros patios, sacar los artículos viejos y sentirnos incómodos con la basura, recalca Meléndez.

Porque la limpieza que empieza en el hogar puede beneficiar a toda una comunidad ya que un mosquito infectado con dengue puede viajar al menos 100 metros para infectar a una persona, la que a su vez se convierte en un vector intermedio para otro mosquito sano que pueda picarle y continuar de esta manera una pandemia sin precedentes.

En las áreas donde se detecta transmisión activa, se sugiere utilizar tratamiento adulticida (principalmente a través de fumigación), para eliminar los mosquitos adultos infectados a fin de detener y cortar la transmisión. También se sugiere elegir adecuadamente el insecticida a ser utilizado (siguiendo las recomendaciones de OPS/OMS), su formulación y tener conocimiento sobre la susceptibilidad de las poblaciones de mosquito a dicho insecticida.

Sin mosquito, no hay dengue, recalca el doctor Meléndez, de allí la importancia de un compromiso desde todos los niveles posibles para eliminar el vector.

Meléndez asegura que los paliativos impulsados por los Ministerios de Salud como la fumigación con cipermetrina son vitales para erradicar al mosquito adulto, sin embargo, se debe tomar en cuenta que estos químicos deben actualizarse debido a la resistencia que va desarrollando el mosquito en relación a estos productos.

El control biológico es una de las medidas que ha ido tomando fuerza en los últimos años y se basa en la introducción de organismos que depreden o parasiten las poblaciones de las especies que se pretenden controlar, señala la Organización Mundial de la Salud.

En el caso de los mosquitos Aedes aegypti, existen varias especies de peces larvívoros y copépodos depredadores (pequeños crustáceos de agua dulce) que han demostrado su eficacia contra los mosquitos vectores en fases larvarias inmaduras.

Los organismos de control biológico se crían y distribuyen en pozos o recipientes donde se almacene agua. Se han llevado a cabo proyectos a pequeña escala que han demostrado que el éxito del control biológico depende principalmente de la organización del proyecto, señala la OMS. Tal es el caso de:

  • La cría de peces/copépodos;
  • La movilización y la participación de la comunidad (su disposición a aceptar que se introduzcan organismos en recipientes de agua);
  • El sistema de distribución de los peces/copépodos (reabastecimiento y supervisión periódicos).

De acuerdo con un estudio denominado Control químico y biológico de larvas de Aedes aegypti en la costa norte de Jalisco, México, en el que participaron diversos especialistas, los esfuerzos de investigación científica se deben orientar hacia el establecimiento de la dosificación adecuada en el tratamiento químico y las alternativas para el control biológico de las larvas del vector.

Otros estudios que se realizan en Baja California Sur, utilizan el método denominado Wolbachia, que ayuda a reducir el riesgo por dengue y otros virus transmitidos por el Aedes aegypti. Este método introduce a la bacteria Wolbachia para imposibilitarla biológicamente al Aedes aegypti.

Fuentes consultadas: