Preguntas

La clave es la prevención, tomar medidas que reduzcan el riesgo de usarlos y que permitan que los plaguicidas cumplan su objetivo. Los plaguicidas sólo se deben usar si es necesario y contar con la recomendación de un experto, se deben transportar y almacenar adecuadamente, y cuando se vayan usar se deben seguir las instrucciones de la etiqueta, que contiene instrucciones detalladas sobre el uso apropiado y seguro del producto. Se trata de medidas que reduzcan los riesgos como lo hacemos con otros productos químicos como los de limpieza en casa o la gasolina, con un manejo correcto reducimos el riesgo y aprovechamos los beneficios de estas sustancias.

Los plaguicidas son un elemento clave en la lucha contra enfermedades transmitidas por los insectos tales como malaria, el Virus del Nilo Occidental, la fiebre del Dengue y el Chicunguña. Son también clave en la prevención de plagas de salud pública como los roedores. Además los plaguicidas de uso agrícola contribuyen a una producción de alimentos abundantes y minimizan las toxinas producidas por hongos en las cosechas.

Los plaguicidas orgánicos son derivados de sustancias orgánicas o microbiológicas y se clasifican con base a la materia prima con la que sean elaborados, entre ellos se encuentran:

– Bioquímicos: son aquellos que tienen una estructura similar o una función similar a los insecticidas químicos propios de la naturaleza, por ejemplo las feromonas para atracción de insectos.

– Microbiales: son plaguicidas derivados de bacterias, hongos, algas, virus, etc. Tienen la capacidad de producir un efecto negativo sobre el insecto que se va a erradicar, un ejemplo de este tipo de plaguicida orgánico son los hongos entomopatógenos siendo el más conocidos como Beauveria bassiana, o bacterias como Bacillus thuringiensis.

– Botánicos: son derivados de plantas, se obtienen a través de diversos procesos de extracción tales como fermentación, pulverización, dilución, entre otros. Los plaguicidas orgánicos más usados son aquellos los a base de especies de la familia botánica Alliaceae, es decir las cebollas y los ajos, los cuales tiene la capacidad de repelente para el control de plagas.

– Minerales: como su nombre lo indica son plaguicidas orgánicos a base de minerales, los minerales más comunes usados para el control de plagas, generalmente hongos, son aquellos que contengan azufre, cobre o cal, por ejemplo para el control de algunas enfermedades fúngicas en rosas, se aplica cobre o azufre al follaje para controlarlas.

Por: Ivonne Angélica Quiroga Ramos. Ingeniera agrónoma,  M.Sc (c) – Fisiología de cultivos, Universidad Nacional de Colombia.

Las respuesta contenidas en este vínculo son apreciaciones personales de los profesionales que responden. Siempre siga las recomendaciones de etiqueta de los plaguicidas y siga las recomendaciones de aplicación de un técnico agrícola.

Inicialmente se debe identificar a las hormigas como insectos plagas que trabajan en comunidad, y para un efectivo control no es suficiente atacar una que otra, sino su comunidad representada en el hormiguero. Lo primero que se debe hacer es identificar dónde se encuentra ubicado el hormiguero, lo cual se puede hacer con un seguimiento al rastro de las hormigas, puesto que ellas llevan el alimento (hojas de las plantas) al hormiguero.

Posteriormente se debe pensar en erradicar el hormiguero, una forma sencilla es aplicar cal dentro del hormiguero y un poco de agua para que esta químicamente se active y cause el efecto de quemazón. Por último se debe tapar para evitar que las hormigas salgan a la superficie del suelo. Otra forma de controlar a las hormigas es utilizando un fermento de ajo-ají, este producto al ser aplicado sobre las camas, sirve como un excelente repelente de insectos.

Comercialmente existen cebos que se pueden instalar en las camas de las plantas, con el objetivo de que las hormigas lo ingieran y debido a que es tóxico, les causa muerte. Asimismo existen pegantes que pueden aplicarse en los bordes de las camas (preferiblemente de concreto) para que este se adhiera bien y pueda limitar el paso de las hormigas hacia el interior de las camas, al generar la adhesión de la hormiga a la superficie.

Por último existen productos comerciales químicos como los plaguicidas que pueden usarse si los controles culturales o biológicos no han sido efectivos.

Por: Ivonne Angélica Quiroga Ramos. Ingeniera agrónoma,  M.Sc (c) – Fisiología de cultivos, Universidad Nacional de Colombia.

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Inicialmente, el termino potencializar un plaguicida no hace referencia al uso en mezcla con otros plaguicidas.  Para mejorar la acción del plaguicida y potencializar su acción se deben asegurar las condiciones óptimas para la aplicación, tales como: hora de aplicación, calidad del agua, pH de la mezcla (5,5 -6,5) y uso de un pegante o coadyuvante, según sea el modo de acción del plaguicida, es decir, si este es de contacto o sistémico, uso de una boquilla adecuada que permita asperjar el tamaño de gota ideal para que cubra correctamente la superficie evitando la floculación (agregación de gotas), afectando el área de la gota que está en contacto con la hoja.

La mezcla de plaguicidas para mejorar el control de la plaga, no es una práctica muy recomendada, debido a que cada plaguicida tiene un ingrediente activo (molécula química) que puede no tener compatibilidad con otras, causando la perdida de efectividad de la aplicación, y puede también causar toxicidad a la planta. Lo recomendable es aplicar diferentes plaguicidas, con diferentes ingredientes activos (rotación) para mejorar el control de la plaga, puesto que muchas plagas presentan resistencia a los ingredientes activos por su constante aplicación.

Por otro lado, debido a que no todos los plaguicidas vienen en la misma presentación (algunos son líquidos, otros son emulsiones, otros son polvos o granulados) una mezcla no garantiza una homogeneidad de la misma y requeriría agitación constante lo cual puede causar toxicidades o simplemente inhibir la acción del plaguicida.

Por último, un aspecto a destacar al momento de pensar en una mezcla, es el periodo de carencia del producto, el cual indica cuánto tiempo se demora la molécula en el ambiente (hasta degradarse) y el periodo de re-entrada. Este último (re-entrada) es importante para el personal que aplique el plaguicida, pues indica en qué momento (días, horas) se puede ingresar al área fumigada después de ser aplicada. En el caso de hacer una mezcla, no se podrían establecer con exactitud los periodos de carencia y re-entrada.

Por: Ivonne Angélica Quiroga Ramos. Ingeniera agrónoma,  M.Sc (c) – Fisiología de cultivos, Universidad Nacional de Colombia.

Las respuesta contenidas en este vínculo son apreciaciones personales de los profesionales que responden. Siempre siga las recomendaciones de etiqueta de los plaguicidas y siga las recomendaciones de aplicación de un técnico agrícola.

Los motivos frecuentes del ingreso de plagas a nuestra casa incluyen dejar vajillas e implementos de cocina sucios por tiempo prolongado, regar comida y no recogerla enseguida, no tapar la basura, utilizar inadecuadamente el compostaje, guardar desechos por muchos días, no limpiar los cuartos de baño, entre otros. Si al huésped no deseado le resulta fácil entrar a la casa, no dudará en hacerlo. Por eso, el mantenimiento del hogar y la colocación de barreras físicas son maneras de evitar la entrada de plagas.

No. Se debe aplicar la dosificación indicada en la etiqueta del plaguicida. Exceder la cantidad establecida por el fabricante no va a exterminar la plaga de su hogar más rápidamente; por el contrario, puede desencadenar consecuencias adversas hacia quien lo aplica y su entorno. Por ejemplo, una dosificación inadecuada en el jardín podría provocar la muerte de la planta a tratar.

Los plaguicidas o productos fitosanitarios fueron desarrollados para controlar o prevenir enfermedades, malezas y hongos que afectan los cultivos. Estos son unos de los productos más regulados en la industria agrícola y, antes de su comercialización, se debe demostrar ante las autoridades pertinentes que no tienen efectos adversos contra la salud.

Es importante que se haga un buen uso de los productos fitosanitarios y que quien los utilice siga las instrucciones y tenga las precauciones que se estipulan en la etiqueta. Esto garantizará que no se generen efectos tóxicos o adversos para la salud de quien lo aplica o manipula.

El uso de productos para la protección de cultivos incrementa y mejora la calidad de vida de los agricultores y sus familias, ya que algunas actividades que podían representar dificultades para las labores del campo, como la recolección de malezas, se han aliviado con la llegada de productos innovadores como los fitosanitarios.

El cambio climático y la presión de plagas a las que actualmente se ven sometidos los cultivos exigen herramientas innovadoras y tecnológicas que faciliten el cuidado y protección de las plantaciones, para así garantizar la producción de más y mejores alimentos. Los plaguicidas son una herramienta para la protección de cultivos que ayudan a controlar algunas plagas, malezas y enfermedades. Esto contribuye directamente a mejorar la calidad de vida y competitividad de las comunidades rurales.