Están ahí… Su sola presencia basta para generar angustia, terror o preocupación ante el impacto que pueda ocasionar su paso por el campo y nuestros hogares.
Nunca la humanidad ha estado exenta de ellas. A lo largo de toda la historia, los seres humanos hemos sido atacados por diferentes plagas que representan una verdadera amenaza para nuestra salud.
Darle de comer a una paloma en una plaza parecerá inofensivo, pero puede estimular la transmisión de múltiples enfermedades. Ciertos animales como roedores, chinches, garrapatas, aves, moscas, mosquitos, cucarachas, ácaros y otros microorganismos hacen parte del amplio espectro que conocemos como las plagas.
Se conoce como plaga a la aparición masiva y repentina de seres vivos que causan daño a poblaciones animales y vegetales. Por eso, las plagas están relacionadas con todos aquellos animales y microorganismos que originan perjuicios a la producción agrícola, pero también a nuestra salud (mediante la transmisión de enfermedades), alterando incluso nuestra vida cotidiana.
¿Cómo afectan las plagas a la agricultura? No es lo mismo un cultivo de arroz expuesto a la humedad que otro que crece en un clima seco. Por eso, para el ingeniero agrónomo Jesús Alcázar, investigador asociado de CGIAR – una asociación mundial de investigación agrícola-, la frecuencia con la que se presentan las plagas en los campos de cultivo varía dependiendo de la ubicación geográfica.
Según la FAO, las pérdidas en la producción agrícola a nivel mundial originadas por las plagas oscilan entre 20% y 40%. Asimismo, al menos 10% de las cosechas son destruidas por roedores e insectos durante el almacenamiento.
Control de plagas en la modernidad
En la modernidad se han tomado algunas medidas para controlar las plagas. Por ejemplo: revisar la limpieza y orden del hogar y los lugares que frecuentamos a diario, evitar el almacenamiento de basura en bolsas cerradas por tiempos prolongados, no almacenar agua en recipientes abiertos, revisar las grietas o hendiduras en donde puedan criarse ciertos animales.
Otra opción para el control de las plagas es por medio de la aplicación de plaguicidas tanto en la agricultura como para la eliminación de enfermedades como la malaria, el dengue y las alergias causadas por ácaros, cucarachas y ratones, siempre y cuando se aplique de manera correcta y segura.