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10 mega mitos a la hora de mercar

By Beneficios

 

Articulo publicado en el  Washington Post el 24 de Julio del 2017
Por: Jenna Gallegos

La mayoría de nosotros no pasamos nuestros días arando campos o lidiando con el ganado. Somos parte del 99 por ciento de los estadounidenses que comen comida, pero no la producen. Debido a nuestra relación íntima con la comida, y porque es tan importante para nuestra salud y el medio ambiente, la gente debería estar muy preocupada por cómo se produce. Pero no siempre lo tenemos claro. La próxima vez que estés en el supermercado, considera estos 10 mitos modernos sobre la ocupación más antigua.

1. La mayoría de las granjas son propiedad de corporaciones

Este mito es probablemente el más omnipresente de la lista. También es el más alejado de la realidad. Casi el 99 por ciento de las granjas de Estados Unidos son de propiedad familiar. La gran mayoría de éstas son pequeñas granjas familiares, pero la mayor parte de nuestra comida proviene de grandes granjas familiares.

2. La comida es cara

Los estadounidenses gastan un porcentaje considerablemente menor de sus ingresos en alimentos de lo que gastaban en la década de 1960. El gasto de alimentos de los estadounidenses está entre los menores valores a nivel global como porcentaje de sus ingresos. Gastamos menos de nuestro dinero en comida que la gente en muchas otras naciones desarrolladas.

Entre el 10 y 20 por ciento del costo de los alimentos llega realmente al agricultor. Eso significa que cuando los precios de los productos básicos suben o bajan, los costos de los alimentos se mantienen relativamente constantes, amortiguando para los consumidores los picos en sus facturas de comestibles.

Eso no quiere decir que para algunos hogares estadounidenses los alimentos no sean de difícil costeo, y los expertos en nutrición y obesidad se preocupan por el costo relativamente alto de los alimentos ricos en nutrientes versus los densos en calorías.

3. La agricultura es tradicional y de baja tecnología

Los automóviles auto dirigidos están todavía fuera del alcance de los consumidores, pero algunos tractores se han estado manejando a sí mismos en las granjas durante años. Y conducir tractores no es el único papel que el GPS (sistema de posicionamiento global) juega en una granja. Los agricultores recolectan datos geoespaciales para monitorear variaciones a través de un campo en el tipo de suelo, el uso de agua y nutrientes, la temperatura, el rendimiento de los cultivos y más. El agricultor promedio en la Red de Negocios de los Agricultores, una plataforma similar a la de los medios sociales para analítica de la finca, recoge alrededor de cuatro millones de puntos de datos cada año. La inteligencia artificial ayuda a ordenar todos estos datos y maximizar el rendimiento dentro de un campo.

Las semillas que plantan los agricultores también son cuidadosamente elaboradas por años de investigación de vanguardia para maximizar el rendimiento y la eficiencia. La secuenciación de genes y los marcadores moleculares ayudan a rastrear los mejores rasgos al momento de criar nuevos cultivos. Los mutágenos químicos y la radiación aceleran la evolución mediante la introducción de nuevas mutaciones. Y la ingeniería genética permite a los científicos mover genes entre especies o desactivar los genes de características indeseables.

Las granjas orgánicas no son necesariamente de menos alta tecnología. A excepción de la ingeniería genética, todas las tecnologías anteriores mejoran los rendimientos en muchas granjas orgánicas certificadas por el USDA (Departamento de Agricultura de los Estados Unidos).

Con toda esta tecnología entrando en las granjas modernas, la demanda de trabajadores calificados en el sector agrícola también está aumentando. En 2015, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos informó que los empleos en los sectores de la alimentación y la agricultura superan en número a los títulos otorgados en esos campos por casi dos a uno. De esas oportunidades de trabajo, el 27 por ciento está en ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas.

Es por eso que yo me cambié de una carrera enfocada hacia la medicina por la biología vegetal en mis estudios para mi doctorado. Yo me crie en una comunidad de granjas y estancias en las llanuras secas del este de Colorado. Allí, los márgenes estrechos impiden que muchos granjeros inviertan en las tecnologías más nuevas, así que yo quise ayudar a hacer mejores semillas más asequibles.

4. Un plaguicida es un plaguicida es un plaguicida

Plaguicida es un término genérico para una gama de compuestos. Diferentes clases apuntan a ciertos tipos de plagas: herbicidas para malezas, fungicidas para hongos, insecticidas para insectos, rodenticidas para roedores. Algunos matan muy específicamente. Por ejemplo, ciertos herbicidas afectan solamente a las plantas de hoja ancha, pero no a las gramíneas. Otros cruzan categorías, como ciertos insecticidas que también pueden dañar animales más grandes en dosis altas.

Los plaguicidas combaten insectos y malezas en campos orgánicos y convencionales. La diferencia es que los pesticidas orgánicos no pueden ser sintetizados artificialmente. Esto no significa necesariamente que sean menos tóxicos. La toxicidad depende del compuesto específico y la exposición de una persona a ese compuesto. Algunos pesticidas, especialmente los más viejos, son tóxicos en niveles relativamente bajos. Otros son seguros incluso a dosis muy altas. Los plaguicidas también difieren en la rapidez con que se descomponen en el medio ambiente.

Diferentes regulaciones se aplican a diferentes pesticidas. Para comprar algunos productos químicos agrícolas se requieren permisos, y muchos granjeros llaman a consultores de los cultivos para diagnosticar problemas en un campo y prescribir el tratamiento apropiado.

5. Los agricultores orgánicos y los agricultores convencionales no se llevan bien

Las fincas adyacentes tienen que cooperar independientemente de cómo manejan sus cultivos. Por ejemplo, los herbicidas potencialmente dañinos aplicados a un campo pueden derivar hacia los cultivos de un vecino. Las malezas o los insectos mal manejados también pueden propagarse de un campo a otro.

Pero muchas familias de agricultores de hecho cultivan de forma orgánica y convencional en diferentes campos. La agricultura orgánica y convencional son modelos de negocio diferentes. Por lo general, cuesta más cultivar orgánicamente, pero los agricultores pueden vender estos cultivos por una prima más alta. Algunos cultivos son más fáciles de cultivar orgánicamente que otros dependiendo del tipo de plagas que enfrentan. El que un cultivo dado pueda ser cultivado con más sostenibilidad por métodos convencionales u orgánicos también difiere por cultivo y por región.

6. Un OGM es un OGM es un OGM

Los agricultores y los científicos de las plantas encuentran frustrante el término «OGM», u organismo genéticamente modificado. Hay muchas maneras de modificar genéticamente un cultivo dentro y fuera de un laboratorio. Sin embargo, el término OGM y las regulaciones que lo acompañan se restringen a tipos particulares de ingeniería genética.

La ingeniería genética es una herramienta que puede utilizarse de muchas maneras diferentes. La técnica ha producido papayas resistentes a virus, granos que pueden sobrevivir a la aplicación de herbicidas, calabazas desagradables para los insectos y manzanas que no se ponen marrones. Cada uno de estos rasgos puede llevar a resultados muy diferentes. Por ejemplo, los cultivos resistentes a los herbicidas permiten un mayor uso de ciertos herbicidas, mientras que los cultivos resistentes a los insectos permiten a los agricultores utilizar menos insecticidas.

Cada uno de los cultivos transgénicos para alimentos que actualmente están o pronto estarán en los anaqueles en los Estados Unidos (estos incluyen canola, maíz, papaya, soja, calabaza, remolacha azucarera, manzanas y papas) han sido probados individualmente para su seguridad. Conjuntamente, esta investigación abarca dos décadas y casi 1.000 estudios por diversas organizaciones independientes de todo el mundo.

7. Sólo la carne etiquetada “libre de hormonas” está libre de hormonas

Ninguna carne está libre de hormonas, porque los animales (y las plantas) producen hormonas naturalmente. El uso de hormonas añadidas está prohibido en todas las operaciones de carne de cerdo y de pollo. Hormonas como el estrógeno se pueden utilizar para ayudar a que las vacas alcancen el peso de mercado más rápidamente, pero el hombre promedio produce decenas de miles de veces más estrógeno todos los días que la cantidad encontrada en una porción de carne de una vaca tratada con hormonas. Para una mujer embarazada, esa cifra está en los millones.

8. Sólo la carne etiquetada «libre de antibióticos» está libre de antibióticos

Toda la carne en su tienda de comestibles está libre de antibióticos. Un animal tratado con antibióticos no puede ser sacrificado hasta que los fármacos se hayan quitado de su sistema. La etiqueta “sin antibióticos añadidos” o “criado sin antibióticos” significa que el animal fue criado sin nunca recibir ningún antibiótico. El uso excesivo de antibióticos en animales que en realidad no han sido diagnosticados con una infección bacteriana, fomenta la resistencia a los antibióticos y es una importante preocupación en salud pública. Por otro lado, renunciar a un tratamiento con antibióticos si un animal está enfermo sería inhumano. Las etiquetas indicando que «no se añadieron sub-terapéuticos» o que «no se les alimento con antibióticos» significan que los antibióticos sólo se usaron cuando era necesario.

9. Los alimentos etiquetados «naturales» se producen de manera diferente

Las etiquetas de alimentos naturales en realidad no significan nada. No todavía, de todos modos. La FDA (administración de alimentos y drogas) tomó comentarios del público el otoño pasado y va a deliberar si se debe regular «natural» en las etiquetas de los alimentos en el futuro. Dónde trazar la línea entre lo natural y no natural es una decisión difícil, y muchos expertos argumentan que es irrelevante, porque la naturalidad no es una indicación de la calidad o la seguridad.

10. Los químicos son la mayor amenaza para la seguridad alimentaria

Los contaminantes biológicos son, por mucho, el problema más común de la seguridad alimentaria. Bacterias nocivas como E. coli, salmonella o listeria, virus y parásitos pueden contaminar la carne o los productos perecederos. La cocción completa, la limpieza y el almacenamiento adecuado de los alimentos son la mejor defensa contra estos patógenos. Para las verduras crudas, el lavado puede reducir, pero no eliminar, la amenaza de exposición. Ciertos vegetales crudos, como los fertilizados con estiércol y los que crecen en condiciones cálidas y húmedas, como los brotes de alfalfa, son de un riesgo mayor. Enfermedades como la enfermedad de las vacas locas también pueden ser un problema de seguridad alimentaria, pero sólo en casos extremadamente raros.

Los productos químicos llegan a los alimentos mucho menos frecuentemente. Éstos incluyen las micotoxinas que son producidas naturalmente por hongos, contaminantes industriales o metales pesados que se encuentran naturalmente en los suelos. El Departamento de Agricultura supervisa los alimentos para detectar residuos de plaguicidas anualmente y por su último informe, “los residuos de plaguicidas en los alimentos analizados se encuentran en niveles por debajo de los límites de tolerancia establecidos por la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA) y no plantean ningún problema de seguridad.”

Plaguicidas en nuestra vida

By Beneficios

El control de plagas en casa, en las ciudades y en el campo es fundamental para mantenernos sanos y asegurar que los alimentos lleguen a nuestra mesa.

Un herramienta clave para este control, son los plaguicidas, los cuales están presentes en nuestra vida, más de lo que nos imaginamos.

Los hay naturales y de síntesis química, y nos ayudan a controlar desde roedores en las ciudades, pasando por mosquitos en los rellenos sanitarios hasta llegar a las distintas plagas que afectan las cosechas en el campo.  

Los alimentos que consumimos diariamente, deben competir por sobrevivir con 30.000 especies de malas hierbas, 3.000 especies de gusanos y 10.000 especies de insectos.

Y es que en el mundo, se pierde cada año entre 30 y 40% de las cosechas por plagas,  malezas o enfermedades.

Así, el cuidado de un cultivo pasa por sembrarlo en suelos con nutrientes, garantizar riego suficiente, monitorearlo diariamente para detectar plagas y controlarlas antes de que infesten el cultivo.

También las plantaciones  se deben proteger del viento y sol extremos, realizar las labores de poda y recolección a tiempo y proteger la cosecha para que llegue a la ciudad en buenas condiciones, entre muchas otras labores que incluyen las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA’s).

Control de plagas para alimentos sanos

Para prevenir y controlar las plagas los productores agrícolas diseñan un plan de Manejo Integrado de Plagas, MIP, tan importante como su plan de negocios para asegurar que su inversión y esfuerzo concluirán con una buena cosecha.

El MIP es un plan de prevención, observación y control de las plagas que incluye control cultural, biológico y químico de las plagas.

Ante la presencia de plagas que pongan en riesgo la cosecha, el agricultor puede elegir entre un plaguicida natural o un plaguicida de síntesis química.

Los plaguicidas naturales son mezclas de extractos vegetales que tienen componentes tóxicos que ayudan a controlar insectos, hongos y malezas, y se usan sobre todo en la agricultura orgánica.

Algunos ejemplos de este tipo de plaguicidas naturales son los ajíes, pimientos y ajos que tienen acción insecticida, la canela o el azufre que actúan como fungicida, para mencionar algunas de las sustancias utilizadas en la agricultura orgánica, la cual, produce un porcentaje mínimo de los alimentos en el mundo, en EEUU se estima que menos del 1% del total de la producción de alimentos proviene de este tipo de agricultura.

Por otro lado, los plaguicidas de síntesis química son diseñados industrialmente, utilizados ampliamente en la agricultura convencional desde la década del 50.

Son moléculas que exigen entre 8 y 10 años de investigación y desarrollo, producidos por una industria altamente tecnológica, que registra avances y mejoras diariamente y una de las más reguladas del mundo.

En ambos casos, los plaguicidas de síntesis química o natural, son sustancias que permiten proteger los cultivos de plagas, malezas o enfermedades, y así garantizar una suficiente producción de alimentos y otros bienes agrícolas.

Ojalá pudiéramos producir los alimentos que necesitamos sin necesidad de agroquímicos, plaguicidas o productos fitosanitarios, pero mientras tanto es la solución más segura que conocemos.  

Fuentes:

La enfermedad de la papa

By Plagas

En cualquier presentación son deliciosas, ya sea cocidas, fritas o en pure, las papas son uno de los alimentos más importantes en la dieta de todo el mundo.

Ahora imagínate un mundo sin papas, seguramente las hamburguesas y los asados no serían lo mismo.

Si te preguntas por qué, la respuesta está en que, este tubérculo a través de los siglos se ha visto amenazado por el Tizón Tardío, una enfermedad que ataca a los cultivos de papa, y es ocasionada por un hongo llamado Phytophthora Infestans, o planta destructora para que lo entiendas mejor.

Saber si los cultivos están infectados es fácil, en el borde de las hojas se empiezan a presentar unas manchas húmedas de color marrón claro u oscuro, que empieza a expandirse por toda la planta.

El tallo toma el mismo color marrón y una vez esté todo enfermo, éste se quiebra fácilmente con cualquier roce, desde equipos agrícolas hasta con fuertes vientos.

Los tubérculos por su parte, presentan pequeñas manchas pardas irregulares sobre sus cáscaras, y toman un color azul o violeta.

Así que hay que tener cuidado, si te encuentras con una papa con estas características podría afectar tu salud y la de los tuyos.

¿Qué pasa si no se controla el hongo?

Si eres agricultor podrías perder la totalidad de los cultivos de papa, y si eres consumidor, lo más probable es que no volverías a probar este tubérculo por un buen tiempo.

Exactamente esto fue lo que vivió Irlanda en 1845, fueron 4 años en las que el país se vio sumergido en una tremenda hambruna, dado a que este hongo acabó por completo todos los cultivos de papa y los irlandeses dejaron de consumir el único alimento del que dependían.

Los que no podían emigrar a otros países, en una crisis de desesperación empezaron a consumir el tubérculo en mal estado, y por la falta de defensas, fallecieron más de un millón de personas.

Pero gracias a la ciencia y a los avances tecnológicos en el campo, descubrir y controlar esta enfermedad a tiempo es posible, evitando que una tragedia como la de Irlanda vuelva a suceder.

¿Cómo controlar el Hongo?

Para evitar que este hongo siga viajando en la noche y la papa llegue libre de Tizón Tardío a los comedores, lo recomendable es usar productos fitosanitarios desde el inicio del cultivo.

Otros cuidados básicos que se deben tener:

  • Sembrar variedades resistentes a la enfermedad
  • Hacer riegos uniformes evitando los encharcamientos
  • Eliminar las hojas o tallos afectados
  • Mantener el cultivo libre de malezas.

La importancia de usar adecuadamente los productos fitosanitarios, permiten que los agricultores puedan tener cosechas libres de enfermedades y plagas, para que en todos los comedores o barbacoas se pueda disfrutar de papas y más alimentos sanos y en buen estado.

Fuentes:

  • Manual técnico, El tizón tardío de la papa. (2008). CIP
  • Tizón tardío. (s.f). Redtizonlatino

¿Qué son las plagas?

By Plagas

Están ahí… Su sola presencia basta para generar angustia, terror o preocupación ante el impacto que pueda ocasionar su paso por el campo y nuestros hogares.

Nunca la humanidad ha estado exenta de ellas. A lo largo de toda la historia, los seres humanos hemos sido atacados por diferentes plagas que representan una verdadera amenaza para nuestra salud.

Darle de comer a una paloma en una plaza parecerá inofensivo, pero puede estimular la transmisión de múltiples enfermedades. Ciertos animales como roedores, chinches, garrapatas, aves, moscas, mosquitos, cucarachas, ácaros y otros microorganismos hacen parte del amplio espectro que conocemos como las plagas.

Plagas en la historia

Tizón amarillo, la peste negra y zika. Plagas populares en la historia.

Se conoce como plaga a la aparición masiva y repentina de seres vivos que causan daño a poblaciones animales y vegetales. Por eso, las plagas están relacionadas con todos aquellos animales y microorganismos que originan perjuicios a la producción agrícola, pero también a nuestra salud (mediante la transmisión de enfermedades), alterando incluso nuestra vida cotidiana.

La importancia de identificar una plaga

las plagas son poblaciones masivas que causan prejuicios a la agricultura y a la salud pública.

¿Cómo afectan las plagas a la agricultura? No es lo mismo un cultivo de arroz expuesto a la humedad que otro que crece en un clima seco. Por eso, para el ingeniero agrónomo Jesús Alcázar, investigador asociado de CGIAR – una asociación mundial de investigación agrícola-, la frecuencia con la que se presentan las plagas en los campos de cultivo varía dependiendo de la ubicación geográfica.

Según la FAO, las pérdidas en la producción agrícola a nivel mundial originadas por las plagas oscilan entre 20% y 40%. Asimismo, al menos 10% de las cosechas son destruidas por roedores e insectos durante el almacenamiento.

Influencia y ataque de las plagas.

Influencia y ataque de las plagas.

Control de plagas en la modernidad

En la modernidad se han tomado algunas medidas para controlar las plagas. Por ejemplo: revisar la limpieza y orden del hogar y los lugares que frecuentamos a diario, evitar el almacenamiento de basura en bolsas cerradas por tiempos prolongados, no almacenar agua en recipientes abiertos, revisar las grietas o hendiduras en donde puedan criarse ciertos animales.

Otra opción para el control de las plagas es por medio de la aplicación de plaguicidas tanto en la agricultura como para la eliminación de enfermedades como la malaria, el dengue y las alergias causadas por ácaros, cucarachas y ratones, siempre y cuando se aplique de manera correcta y segura.

Las cucarachas son una plaga de película

By Plagas

Seguro habrás visto a una cucaracha más de una vez en tu vida. La dejaste escapar o del susto escapaste tú. Luego seguramente habrás reflexionado acerca de ¿qué podría hacer una simple e inofensiva cucaracha?

Todo porque Wall-e nos enseñó que podemos ser amigos de ellas. Pero eso sólo aplica en el fin del mundo y todavía no es el momento. Mientras tanto es mejor tenerlas lejos y controladas.

No sólo porque son feas, sucias y tenebrosas cuando descubres que pueden volar sobre tu cabeza, sino que son las mensajeras de un sinfín de enfermedades que agravan bastante nuestra salud.

Dejarlas reproducir y que se multipliquen por mil, tal cual como en la película animada Ralph el Demoledor, puede provocar que tú o tu familia sufran de las molestias de la gastroenteritis, encefalitis, tuberculosis o asma.

Si te has visto agobiado por una de estas u otras enfermedades, y no entiendes el por qué, primero consulta a un médico. Después acude a un profesional de prevención y control de plagas, porque puede que la razón esté viviendo contigo.

Evita o controla las cucarachas

Sigue estas recomendaciones y no tendrás  porque preocuparte  de usar una sandalia o la escoba para tratar de controlar  a estos pequeños invasores de tu casa u oficina.

  • Mantén los espacios libres de basuras, suciedad y desorden.
  • Nunca olvides cerrar los depósitos de basuras.
  • Sella siempre los alimentos.
  • Mantén un constante hábito de limpieza con aspiradora y desinfectante, usando careta y guantes.
  • Tapa todas las grietas y orificios en la madera.
  • Si el problema se sale de las manos. Acude a un experto en control de plagas para que te recomiende un producto para controlar insectos. Recuerda que es muy importante seguir las recomendaciones de la etiqueta para hacer un buen uso del producto y obtener resultados eficaces.

 

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Manejo del riesgo

By Uso responsable

Los riesgos están latentes en nuestro día a día. Desde que nacemos hasta que morimos, los humanos nos enfrentamos con situaciones o herramientas que si bien pueden representar beneficios, también tienen la posibilidad de provocarnos un episodio negativo. La clave está en el uso o manejo que damos para controlar este riesgo.

El carro, por ejemplo, representa muchos beneficios para las personas: transporte, comodidad, seguridad, ahorro en dinero o en tiempo. Actualmente, hay más de mil millones de automóviles en el mundo y un promedio de usabilidad de una hora diaria del cuatro por ciento. Sin embargo, esta es una herramienta que presenta riesgos como los choques, la probabilidad de herir o arrollar a un transeúnte o de sufrir un incendio en el motor, lo cual no ha evitado que las personas dejen de usarlos. ¿Cómo se han manejado estas situaciones?

Plagas que atacan a tu familia. Situaciones de riesgo. ¿Cómo manejarlas? Entra en juego el Manejo del Riesgo, un concepto utilizado diariamente con diversas situaciones. Sigamos con el ejemplo del carro, para evitar tener accidentes o problemas que probablemente puedan hacernos daño, manejamos el riesgo a través de prácticas responsables y seguras para darle un buen uso a esta herramienta: tomamos clases de conducción, respetamos las señales de tránsito, no manejamos cuando tomamos licor y nos aseguramos de que nuestro automóvil esté en buenas condiciones técnicas. Así como este, son muchos los casos de Manejo del Riesgo que se presentan a lo largo de nuestra vida personal o incluso en actividades económicas como la agrícola. Para poner un ejemplo, los cultivos que proveen nuestros alimentos se ven afectados por plagas que pueden representar riesgos, no solo para el agricultor por las pérdidas, sino para los consumidores por los estragos que estas puedan dejar en los frutos.

Maneja los riesgos de los plaguicidas en cultivos. Con el fin de controlar o prevenir la aparición de estas plagas, los productores protegen sus cultivos con plaguicidas o fitosanitarios, que como en el caso del carro, son productos que exigen un Manejo del Riesgo adecuado, es decir, su efectividad depende de la responsabilidad con que se sigan las indicaciones de uso, tales como: utilizar el equipo de protección personal, hacer las aplicaciones en el momento apropiado de acuerdo a la infestación de la plaga, maleza o enfermedad,  preparar la mezcla con la dosis correcta, aplicar el producto a las horas adecuadas, entre otras prácticas que buscan proteger los cultivos y evitar accidentes por el mal uso de los mismos. Evaluar el riesgo y manejarlo hace parte de nuestro día a día, esto nos permite hacer un buen uso de las herramientas que tenemos a disposición o de las situaciones que se presenten, lo cual se verá reflejado en beneficios inmediatos o a largo plazo. Y tú, ¿cómo manejas los riesgos?

El poder de las etiquetas

By Uso responsable

Las etiquetas son una parte importante de la mayoría de los productos que se comercializan en el mercado. Es útil tanto para usuarios como para vendedores, pues en ella se consigna la mayor cantidad de información posible acerca de las características del producto, sus condiciones de uso, las precauciones, la procedencia, la fecha de fabricación o vencimiento, entre otros datos.

Así como las recomendaciones de uso en las cajas de los medicamentos nos permiten conocer las dosis, los cuidados y las restricciones que debemos tener a la hora de consumirlos, las etiquetas de los productos fitosanitarios nos informan acerca de las buenas prácticas de uso del producto, los cuidados y precauciones que se deben tener al momento de manipularlos. Por eso, la lectura de las etiquetas no es solo necesaria, es obligatoria.

Recuerda que: siempre debes leer y respetar las indicaciones de las etiquetas para hacer un uso seguro y responsable de los plaguicidas domésticos, de salud pùblica o agrícolas. Ante cualquier duda consulta con un profesional.

Investigación y desarrollo

By ¿Qué son los plaguicidas?

Así como los antiguos griegos aprendieron a utilizar sales minerales y azufre para erradicar hongos y larvas de sus cultivos, los hombres y mujeres de la vida moderna, a través de métodos científicos, han desarrollo y perfeccionado productos fitosanitarios con los que se pueden evitar las múltiples plagas que amenazan nuestro entorno.

El desarrollo de la industria de plaguicidas implica un esfuerzo y proceso largo, de inversión, de constancia, de investigación que dura entre 12.3 años, para que esas sustancias que se analizan y estudian puedan salir de manera exitosa al mercado.

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Los equipos multidisciplinarios que intervienen y la normativa de seguridad y calidad con que se trabaja, garantizan que al final, sean productos cada vez más seguros que se desplazan y utilizan en diversas actividades del quehacer humano. Los plaguicidas son los productos más estudiados en la historia de la humanidad.

Debido a los cambios en metodología y clasificaciones de gastos, estos presentaron un incremento entre los años 1995 a 2000. La industria agrícola, por ejemplo, invierte más de 301 millones de dólares al año para producir en un lapso de entre 12.3 años, nuevos plaguicidas, más eficaces, menos dañinos y útiles para agricultores, consumidores y para el ambiente.

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Cada nuevo producto es el resultado de un milimétrico trabajo de laboratorio y en campo, en el que participan científicos de distintas disciplinas, desde las agrícolas hasta las ambientales y de salud.

Sin estos, la producción mundial de frutas, vegetales, forrajes y fibras, caería hasta en un 40% por la acción de las plagas.

Fuente:

Cómo prevenir y controlar el problema de las plagas

By ¿Qué son los plaguicidas?

¿En las ciudades modernas también encontramos plagas?

A pesar del desarrollo de las ciudades y de las construcciones innovadoras o modernas, las plagas pueden causar una invasión. Si no se controlan a tiempo con estrategias de prevención o trampas, estas pueden provocar el caos y podrían generar emergencias sanitarias como epidemias, endemias y virosis en espacios más susceptibles como colegios, hoteles, restaurantes y hospitales.

¿Qué pasa con mi hogar?

Nuestro hogar o lugar de trabajo, podrían verse atacado por roedores, moscas, zancudos o cucarachas que podrían transmitir enfermedades a ti, tu familia o compañeros de trabajo. Generalmente, este tipo de problemas se da por dejar residuos de alimentos, depósitos de agua estancada, basuras no tratadas y otras malas prácticas de asepsia.

¿En los alimentos también?

Los alimentos son un imán para las plagas. Desde su plantación, las semillas y cultivos están expuestos a gran cantidad de enemigos como hongos, insectos o enfermedades que pueden evitar que las frutas o verduras lleguen a tu mesa o que traigan una sorpresa en su interior: gusanos o insectos que pueden causarte enfermedades intestinales.

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¿Qué puedo hacer?

No tienes que preocuparte si tomas las medidas necesarias para prevenir o controlar la invasión o el ataque de insectos, arácnidos, hongos o roedores. En casa, tu lugar de trabajo, Un primer paso es la limpieza y la asepsia que tengan tus espacios es la investigación e innovación científica ha creado distintos plaguicidas químicos y orgánicos que repelen y controlan cualquier plaga, logrando, por ejemplo, proteger entre 30 y 40% la producción mundial de frutas y vegetales, para que así sea posible una variedad sana e inocua de alimentos agrícolas en nuestra mesa.

Plaguicidas en nuestra vida, usos y beneficios

 

Roedores en el hogar ¡contrólalos!

By Plagas No Comments

En el cine y la televisión algunos inspiran risas, ternura y hasta solidaridad

como Jerry, Speedy González o Ratattouille, pero en la vida real casi nadie quiere tener cerca a uno de estos versátiles animales.

Tan hábiles como para entrar por espacios mínimos: el suave cartílago de sus huesos le permite pasar por rendijas más pequeñas que su propio cuerpo para alcanzar tu hogar.

Y una vez allí, convertirse en un problema de salud y hasta de seguridad para la familia.

Pero ¿por qué hay ratones en casa? La principal atracción para estos roedores son los residuos desprolijamente dispuestos. Por ejemplo, si cerca a nuestra casa se dejan basuras o las cañerías de los desagües acumulan suciedad, lo más seguro es que allí merodee un colonia de ratones. A la menor oportunidad, y en búsqueda de alimento, pueden llegar cerca a tus electrodomésticos, tus mascotas o tus hijos.

Lo notarás por los ruidos en la noche. Las cajas de alimentos mordisqueadas, los restos de periódico usados para resguardarse y establecerse en tu hogar. Quizás si dejas restos de comida por ahí y por allá, los contenedores de basura abiertos o almacenas objetos de madera en lugares húmedos habrás creado las condiciones perfectas para su multiplicación.

Una vez adentro pueden causar estragos como daños en las redes eléctricas pues comen hasta cable. Lo que no comen es queso, pese al mito urbano que asocia a esta especie con ese producto lácteo. El olor de este derivado de la leche le resulta repulsivo al fino olfato de las ratas. Por lo cual, las viejas trampas con un bocado de queso no suelen funcionar tan bien como en las series animadas.

Otro mito urbano para desacreditar: las ratas y los ratones no son una diferenciación de género sino de especie. Las ratas son más grandes, tienen el hocico puntiagudo, la cola larga y delgada y unas patas delanteras muy hábiles. Los ratones son más pequeños y su pelaje más oscuro.

Aunque a lo largo de la historia han tenido un rol clave en la difusión de enfermedades -por ejemplo, en la expansión de la peste negra en la edad Media, cuando la gente quemaba a su depredador natural, los gatos, por considerarlos demoníacos- desde 1973, la Organización Mundial de la Salud alerta del rol que desempeñan estos animales en la propagación de otros males como la toxoplasmosis, la hepatitis B, la leptospira, la septicemias, la hanta virus y la salmonella.

Hay más de 50 especies de ratas en el mundo, pero las más comunes son la noruega, la de tejado y de campo, según José Villacís, Ingeniero Biólogo y gerente operativo de una empresa de control de plagas en Quito.

Hoy se utilizan anticoagulantes de segunda generación cocinado con cereales que les gusta a los roedores para garantizar su ingestión.

El auge de los defensores de los derechos de los animales también ha conducido a la introducción al mercado de trampas que preserven su vida pero permitan deshacerse de ellas y su potencial numerosa prole.

Su potencial reproductivo les permite alcanzar densidades altas en cortos lapsos. En la mayoría de las especies cada hembra adulta puede producir hasta cuatro camadas, con cuatro crías en promedio por camada.

Y son una plaga dura de eliminar. Además de un buen olfato, cuentan con sentido kinestésico, es decir, la capacidad sensorial para detectar el movimiento y las amenazas del entorno. Por eso prefieren las noches para moverse en busca de alimento.