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La Importancia de Proteger los Polinizadores en Agricultura

By Beneficios

Por Mauricio Rodríguez, Ph.D.

Director de Asuntos Científicos de CropLife Latin America

Los polinizadores, incluyendo abejas, murciélagos, escarabajos y aves, entre otros, son organismos esenciales para la mayoría de plantas angiospermas (plantas con flores) en cualquier ecosistema, así como para la producción de más de 1,200 cultivos agrícolas [1].  Los polinizadores pueden ser muy sensibles a cantidades excesivas de plaguicidas, especialmente a los insecticidas, por lo que para la protección de estos organismos en el campo es indispensable la concientización de los aplicadores de plaguicidas y agricultores. Su participación es crítica para la seguridad alimentaria y la conservación ambiental [2].

En términos prácticos, podemos decir que actualmente uno de cada tres bocados de alimentos que llevamos a nuestra boca dependen de los polinizadores. El costo estimado de este servicio ecosistémico de polinización es de 200 mil millones de dólares anualmente [3]. En países donde la apicultura es más industrializada, las abejas domesticadas son el principal polinizador para los cultivos; pero en la mayor parte de América Latina, son polinizadores silvestres los que más aportan a la polinización de cultivos agrícolas [4]. Esto significa que debemos enfocarnos en las especies nativas de polinizadores en todos los esfuerzos de conservación que adelantemos en la región.

Lee támbien: Cómo proteger a las abejas en la agricultura

Las autoridades fitosanitarias de cada país en América Latina, están encargadas de establecer las condiciones de uso de sustancias químicas para la agricultura. A través de los datos resultantes de pruebas para evaluar el riesgo a los polinizadores derivados del uso en campo de plaguicidas, se establece claramente cuáles pueden ser las condiciones de exposición que generen toxicidad letal en abejas y durante cuánto tiempo pueden causar toxicidad a las mismas, luego de que son aplicados sobre los cultivos. Dependiendo del nivel de toxicidad de las sustancias, las autoridades pueden requerir datos de estudios más complejos, como aquellos que se realizan en campo y asemejan las condiciones de uso normal de las sustancias.

Los resultados de todos los estudios, tanto en laboratorio como en campo, que se realicen, son utilizados para incluir en la etiqueta de cada producto plaguicida las condiciones de uso que ayudan a mitigar los riesgos a los polinizadores. Es muy importante que aplicadores de plaguicidas y agricultores lean y comprendan las indicaciones de las etiquetas y que tengan en cuenta que no todos los productos requieren las mismas condiciones de uso.  Cada producto de protección de cultivos puede tener diferencias, sutiles o significativas, en cómo tratar cultivos en floración, o malezas en floración,  sobre aplicar cuando los polinizadores pueden visitar el cultivo o cuando los polinizadores están activamente visitándolo. Esas diferencias son importantes para asegurar una protección adecuada a los polinizadores. Por ejemplo, para los casos en los que los polinizadores estén activamente visibles en el cultivo, o para aquellos en los que estos organismos pueden visitar el cultivo posteriormente a la aplicación, no se deben utilizar productos químicos con toxicidad residual extendida. Este tipo de productos requiere que sean aplicados únicamente cuando los cultivos no estén en floración. Cada aplicador o productor debe asegurarse y responsabilizarse de conocer la información en la etiqueta de cada producto químico y no simplemente fiarse de la interpretación de otra persona. Del mismo modo, se debe evitar la deriva durante cualquier tipo de aplicación de plaguicidas.

Prevención de Intoxicación en Polinizadores

La mayoría de eventos de intoxicación de polinizadores puede suceder cuando se aplican los plaguicidas durante la floración de los cultivos. Además de esto, también puede suceder intoxicación de polinizadores cuando:

  • Hay deriva de productos plaguicidas en cultivos o plantas adyacentes que están en floración.
  • Contaminación de plantas de cobertura en floración al momento de aplicar plaguicida.
  • Residuos de plaguicidas recogidos por polinizadores forrajeros que llevan de regreso a sus nidos o colonias.
  • Polinizadores beben o entran en contacto con fuentes de agua contaminadas o rocío en plantas recién tratadas

El aplicador del producto químico es el actor más crítico para prevenir intoxicaciones y reducir el riesgo por plaguicidas a los polinizadores. Lo primero que debe recordar el agricultor/aplicador es que se deben seguir los principios del manejo integrado de plagas y que los productos químicos solamente deben utilizarse cuando sean necesarios. Las siguientes recomendaciones son cruciales en la reducción de riesgos:

  • Revisar si hay frases de advertencia de Peligro para Abejas o advertencias para polinizadores en la hoja de seguridad del plaguicida y en las indicaciones de uso en la etiqueta.
  • Tomar en consideración utilizar productos con menor toxicidad a los polinizadores en áreas y cultivos donde puedan estar en mayor riesgo.  
  • Aplicar las medidas necesarias para prevenir la deriva de aplicaciones terrestres o aéreas.
  • Como la floración es un factor crítico de exposición de polinizadores a plaguicidas, cuando el cultivo o las plantas de cobertura estén en floración tenga en cuenta lo siguiente:
    • Aplicar plaguicidas sin toxicidad residual extendida al final del día para minimizar la exposición a polinizadores visitando activamente el área
    • No aplicar plaguicidas tóxicos a polinizadores con toxicidad residual extendida
  • Evite aplicar cuando haya bajas temperaturas y se forme rocío en las plantas. El rocío puede rehidratar los plaguicidas y aumentar la exposición.
  • Evite asperjar áreas donde habitan polinizadores nativos.
  • Establezca buenas relaciones y comunicación constante con los apicultores de la zona.

Lee támbien: Abejas en la actualidad, la clave es mejorar las prácticas agrícolas y apícolas

Aumentar Áreas de Hábitat y Refugio para Polinizadores

Está claramente establecido que los cultivos que están más cerca a hábitats naturales producen mejores rendimientos, ya que atraen más polinizadores [5],[6]. Aumentar áreas de hábitat y refugio para polinizadores funciona de la misma manera. Las fincas que convierten parte de su terreno en refugios aumentan su productividad [7]. Este mismo efecto se ha evidenciado incluso en las ciudades [8],[9]. Los hábitats de conservación pueden variar en su extensión dependiendo del área cultivada, el tipo de cultivo, su productividad y rentabilidad. Para el éxito de estas estrategias es crítico seguir rigurosamente los principios de Manejo Integrado de Plagas y de Cultivos para el control de las plagas en el cultivo, de manera que se tengan en cuenta los riesgos a y beneficios de los polinizadores. Por supuesto, el manejo de agroquímicos siguiendo las Buenas Prácticas Agrícolas, hace parte de esta estrategia y es fundamental minimizar la afectación a los polinizadores.

CropLife Latin America, junto con sus empresas asociadas y su red de asociaciones en América Latina promueve la protección a los polinizadores y la biodiversidad en general, a través de la construcción de capacidades, la divulgación de información científica y el entrenamiento tanto a aplicadores/agricultores como a otros actores interesados en la conservación de la biodiversidad y el cuidado ambiental.


[1] Pollinator Partnership. https://pollinator.org/

[2] https://www.pollinator.org/

[3] Nick Hanley, Tom D. Breeze, Ciaran Ellis, David Goulson. Measuring the economic value of pollination services: Principles, evidence and knowledge gaps.  Ecosystem Services. Volume 14,2015. Pages 124-132. https://doi.org/10.1016/j.ecoser.2014.09.013.

[4] Garibaldi, L.A., et al., 2013. Wild pollinators enhance fruit set of crops regardless of honeybee abundance. Science 339, 1608–1611, http://dx.doi.org/10.1126/science.1230200.

[5] Kremen C, Williams NM, Thorp RW (2002) Crop pollination from native bees at risk from agricultural intensification. Proc. Natl Acad. Sci. USA. 99:16812–16816.

[6] Klein AM., Vaissiere B, Cane JH, Steffan-Dewenter I, Cunningham SA, Kremen C (2007) Importance of crop pollinators in changing landscapes for world crops. Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences 274: 303–313.

[7] Klein AM., Vaissiere B, Cane JH, Steffan-Dewenter I, Cunningham SA, Kremen C (2007) Importance of crop pollinators in changing landscapes for world crops. Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences 274: 303–313.

[8] Winfree R, Griswold T, Kremen C (2007) Effect of human disturbance on bee communities in a forested ecosystem. Conservation Biology 21:213–223

[9] Cane J, Minckley R, Kervin L, Roulston T, Williams N (2006) Complex responses within a desert bee guild (hymenoptera: apiformes) to urban habitat fragmentation. Ecological Applications 16:632–644

plantas caseras

Sanidad Vegetal en tu hogar

By Beneficios

La ONU ha declarado el 2020 como el año internacional de la Sanidad Vegetal, esta celebración resalta la salud de las plantas como una respuesta sostenible al futuro de la alimentación y la nutrición, además del desarrollo económico y el cuidado del medio ambiente.

Para alcanzar estos objetivos, es necesario tomar medidas de control y prevención de plagas y enfermedades de las plantas, que han aumentado como consecuencia del cambio climático y el intercambio de material vegetal a través de las exportaciones o los viajes internacionales.

Este fenómeno ocasiona que entre el 30 y 40% de los cultivos alimenticios en el mundo se pierdan y con ello disminuya la oferta de alimentos para la población mundial. Sin embargo, existen estrategias que mitigan el impacto de las plagas en la salud de las plantas agrícolas.

La más frecuente y quizás una de las más importantes para el control de plagas, es el uso correcto de los productos fitosanitarios que son alternados con métodos de control biológico y nuevas tecnologías de agricultura digital.

Estos productos que son investigados y diseñados en distintas áreas de la ciencia, terminan siendo el mejor aliado de la sanidad vegetal en la lucha contra las plagas, sin poner en riesgo la salud de la planta, del ser humano y el medio ambiente.

Además del uso agrícola, existen plaguicidas de uso ornamental, son los que se utilizan en los viveros, en jardines extensos ubicados en áreas rurales.

Las plantas que tenemos en nuestro hogar son de uso ornamental y éstas también pueden ser afectadas por insectos plagas y hongos. Para evitar que las plagas hagan daño a tus plantas, lo más importante es mantener las plantas bien abonadas, es decir, con un sustrato que le provea nutrientes suficientes, de esa manera la planta tendrá sus mecanismos de defensa activos y podrá defenderse de las plagas.

Las plagas más comunes en las plantas ornamentales son polillas, insectos, pulgones, hormigas, babosas, hongos y más. Aunque todas son distintas, las une una misma razón; representan un dolor de cabeza para las plantas y para quienes gustan de las plantas.

Sanidad vegetal en plantas caseras

Plagas más populares en plantas caseras

A estas plagas, está bien en tratarlas con algunos métodos caseros como: la canela que puede utilizarse como fungicida natural; el ajo que funciona como insecticida; lavarlas con jabón, etc. Sin embargo, estas soluciones pueden ser temporales o ineficaces.

Lo recomendable, es llevar tu planta a un vivero para que allí de la mano de los expertos puedan iniciar un tratamiento adecuado.

También podrás fortalecer tus conocimientos en sanidad vegetal para tus plantas o huertos caseros con algunas aplicaciones móviles que te asistirán en temas de riego, fertilización, pulverización y control de plagas y enfermedades a través diferentes métodos.

Solo basta con tomar una foto a la planta o cultivo que necesitas atender y al instante contarás con la atención de una red especialistas digitales en jardinería y horticultura. Las recomendadas son:

  1. Plant Care Reminder
  2. Picture this identificar Planta
  3. PlantEN (plantas y enemigos)
  4. Plantix
  5. Huerto Jardin Yum
  6. Info Jardín.
  7. Google Lens

Repelentes de nueva generación contra mosquitos

By Beneficios

Investigadores de la Universidad Estatal de Iowa han diseñado nuevos compuestos eficaces, duraderos y más seguros para el medio ambiente

La estación de verano es muy temida por algunas personas debido a que los mosquitos se procrean en mayor cantidad y son los responsables de la transmisión de enfermedades peligrosas, como la malaria, el tifus o el virus del Nilo Occidental.

Esto llevó a un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Iowa, en Estados Unidos, a desarrollar un tipo nuevo de repelente, basado en ingredientes de origen natural y con menos efectos secundarios para el medio ambiente que los habituales. Sus resultados fueron presentados, recientemente, en la reunión anual de la Sociedad Americana de Química.

Desde finales de los años 40 el grupo de compuestos químicos llamado piretroides se convirtió en el principal ingrediente de los insecticidas de uso cotidiano, al igual que de los plaguicidas utilizados en el sector agropecuario. Estos suelen ser efectivos, pero con el paso del tiempo muchos insectos se volvieron resistentes a ellos, haciendo necesario explorar nuevas alternativas.

Con ese objetivo, el doctor Joel R. Coats y sus dos estudiantes de posgrado, James S. Klimavicz y Caleb Corona, desarrollaron un nuevo compuesto artificial, basado también en sustancias naturales, como en su día ocurrió con los piretroides.

Ellos se centraron en los sesquiterpenoides, que son un grupo de moléculas de origen vegetal, con un gran potencial como repelente de insectos. El problema de estas sustancias es que tienen un tamaño molecular muy elevado, por lo que resulta complicado aislarlos de las plantas, purificarlos y fabricarlos en el laboratorio.

Pero con el fin de comprobar su eficacia, Coats y su equipo utilizaron una cámara tubular, rematada con dos papeles de filtro en cada extremo. En uno de ellos no se puso ninguna sustancia, mientras que el otro se impregnó con el repelente a base de terpenoides.

Luego, se introdujeron mosquitos de diferentes especies y se utilizó una cámara de video para monitorizar durante dos horas y media la actividad de los insectos, especialmente observando si tendían a alejarse de la zona del repelente.

Los resultados fueron positivos, tanto con Culex pipiens, que actúa frecuentemente como vector del virus del Nilo Occidental, como con Aedes aegypti, responsable de la transmisión de la fiebre amarilla, el dengue y el zika. Además, también ahuyentó al mosquito Anopheles gambiae, transmisor de la malaria.

Ahora, según los investigadores, el siguiente paso será comprender con mayor precisión el mecanismo por el que estas sustancias actúan sobre los mosquitos.

Fuente: Opinión.com.bo 

10 mega mitos a la hora de mercar

By Beneficios

 

Articulo publicado en el  Washington Post el 24 de Julio del 2017
Por: Jenna Gallegos

La mayoría de nosotros no pasamos nuestros días arando campos o lidiando con el ganado. Somos parte del 99 por ciento de los estadounidenses que comen comida, pero no la producen. Debido a nuestra relación íntima con la comida, y porque es tan importante para nuestra salud y el medio ambiente, la gente debería estar muy preocupada por cómo se produce. Pero no siempre lo tenemos claro. La próxima vez que estés en el supermercado, considera estos 10 mitos modernos sobre la ocupación más antigua.

1. La mayoría de las granjas son propiedad de corporaciones

Este mito es probablemente el más omnipresente de la lista. También es el más alejado de la realidad. Casi el 99 por ciento de las granjas de Estados Unidos son de propiedad familiar. La gran mayoría de éstas son pequeñas granjas familiares, pero la mayor parte de nuestra comida proviene de grandes granjas familiares.

2. La comida es cara

Los estadounidenses gastan un porcentaje considerablemente menor de sus ingresos en alimentos de lo que gastaban en la década de 1960. El gasto de alimentos de los estadounidenses está entre los menores valores a nivel global como porcentaje de sus ingresos. Gastamos menos de nuestro dinero en comida que la gente en muchas otras naciones desarrolladas.

Entre el 10 y 20 por ciento del costo de los alimentos llega realmente al agricultor. Eso significa que cuando los precios de los productos básicos suben o bajan, los costos de los alimentos se mantienen relativamente constantes, amortiguando para los consumidores los picos en sus facturas de comestibles.

Eso no quiere decir que para algunos hogares estadounidenses los alimentos no sean de difícil costeo, y los expertos en nutrición y obesidad se preocupan por el costo relativamente alto de los alimentos ricos en nutrientes versus los densos en calorías.

3. La agricultura es tradicional y de baja tecnología

Los automóviles auto dirigidos están todavía fuera del alcance de los consumidores, pero algunos tractores se han estado manejando a sí mismos en las granjas durante años. Y conducir tractores no es el único papel que el GPS (sistema de posicionamiento global) juega en una granja. Los agricultores recolectan datos geoespaciales para monitorear variaciones a través de un campo en el tipo de suelo, el uso de agua y nutrientes, la temperatura, el rendimiento de los cultivos y más. El agricultor promedio en la Red de Negocios de los Agricultores, una plataforma similar a la de los medios sociales para analítica de la finca, recoge alrededor de cuatro millones de puntos de datos cada año. La inteligencia artificial ayuda a ordenar todos estos datos y maximizar el rendimiento dentro de un campo.

Las semillas que plantan los agricultores también son cuidadosamente elaboradas por años de investigación de vanguardia para maximizar el rendimiento y la eficiencia. La secuenciación de genes y los marcadores moleculares ayudan a rastrear los mejores rasgos al momento de criar nuevos cultivos. Los mutágenos químicos y la radiación aceleran la evolución mediante la introducción de nuevas mutaciones. Y la ingeniería genética permite a los científicos mover genes entre especies o desactivar los genes de características indeseables.

Las granjas orgánicas no son necesariamente de menos alta tecnología. A excepción de la ingeniería genética, todas las tecnologías anteriores mejoran los rendimientos en muchas granjas orgánicas certificadas por el USDA (Departamento de Agricultura de los Estados Unidos).

Con toda esta tecnología entrando en las granjas modernas, la demanda de trabajadores calificados en el sector agrícola también está aumentando. En 2015, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos informó que los empleos en los sectores de la alimentación y la agricultura superan en número a los títulos otorgados en esos campos por casi dos a uno. De esas oportunidades de trabajo, el 27 por ciento está en ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas.

Es por eso que yo me cambié de una carrera enfocada hacia la medicina por la biología vegetal en mis estudios para mi doctorado. Yo me crie en una comunidad de granjas y estancias en las llanuras secas del este de Colorado. Allí, los márgenes estrechos impiden que muchos granjeros inviertan en las tecnologías más nuevas, así que yo quise ayudar a hacer mejores semillas más asequibles.

4. Un plaguicida es un plaguicida es un plaguicida

Plaguicida es un término genérico para una gama de compuestos. Diferentes clases apuntan a ciertos tipos de plagas: herbicidas para malezas, fungicidas para hongos, insecticidas para insectos, rodenticidas para roedores. Algunos matan muy específicamente. Por ejemplo, ciertos herbicidas afectan solamente a las plantas de hoja ancha, pero no a las gramíneas. Otros cruzan categorías, como ciertos insecticidas que también pueden dañar animales más grandes en dosis altas.

Los plaguicidas combaten insectos y malezas en campos orgánicos y convencionales. La diferencia es que los pesticidas orgánicos no pueden ser sintetizados artificialmente. Esto no significa necesariamente que sean menos tóxicos. La toxicidad depende del compuesto específico y la exposición de una persona a ese compuesto. Algunos pesticidas, especialmente los más viejos, son tóxicos en niveles relativamente bajos. Otros son seguros incluso a dosis muy altas. Los plaguicidas también difieren en la rapidez con que se descomponen en el medio ambiente.

Diferentes regulaciones se aplican a diferentes pesticidas. Para comprar algunos productos químicos agrícolas se requieren permisos, y muchos granjeros llaman a consultores de los cultivos para diagnosticar problemas en un campo y prescribir el tratamiento apropiado.

5. Los agricultores orgánicos y los agricultores convencionales no se llevan bien

Las fincas adyacentes tienen que cooperar independientemente de cómo manejan sus cultivos. Por ejemplo, los herbicidas potencialmente dañinos aplicados a un campo pueden derivar hacia los cultivos de un vecino. Las malezas o los insectos mal manejados también pueden propagarse de un campo a otro.

Pero muchas familias de agricultores de hecho cultivan de forma orgánica y convencional en diferentes campos. La agricultura orgánica y convencional son modelos de negocio diferentes. Por lo general, cuesta más cultivar orgánicamente, pero los agricultores pueden vender estos cultivos por una prima más alta. Algunos cultivos son más fáciles de cultivar orgánicamente que otros dependiendo del tipo de plagas que enfrentan. El que un cultivo dado pueda ser cultivado con más sostenibilidad por métodos convencionales u orgánicos también difiere por cultivo y por región.

6. Un OGM es un OGM es un OGM

Los agricultores y los científicos de las plantas encuentran frustrante el término «OGM», u organismo genéticamente modificado. Hay muchas maneras de modificar genéticamente un cultivo dentro y fuera de un laboratorio. Sin embargo, el término OGM y las regulaciones que lo acompañan se restringen a tipos particulares de ingeniería genética.

La ingeniería genética es una herramienta que puede utilizarse de muchas maneras diferentes. La técnica ha producido papayas resistentes a virus, granos que pueden sobrevivir a la aplicación de herbicidas, calabazas desagradables para los insectos y manzanas que no se ponen marrones. Cada uno de estos rasgos puede llevar a resultados muy diferentes. Por ejemplo, los cultivos resistentes a los herbicidas permiten un mayor uso de ciertos herbicidas, mientras que los cultivos resistentes a los insectos permiten a los agricultores utilizar menos insecticidas.

Cada uno de los cultivos transgénicos para alimentos que actualmente están o pronto estarán en los anaqueles en los Estados Unidos (estos incluyen canola, maíz, papaya, soja, calabaza, remolacha azucarera, manzanas y papas) han sido probados individualmente para su seguridad. Conjuntamente, esta investigación abarca dos décadas y casi 1.000 estudios por diversas organizaciones independientes de todo el mundo.

7. Sólo la carne etiquetada “libre de hormonas” está libre de hormonas

Ninguna carne está libre de hormonas, porque los animales (y las plantas) producen hormonas naturalmente. El uso de hormonas añadidas está prohibido en todas las operaciones de carne de cerdo y de pollo. Hormonas como el estrógeno se pueden utilizar para ayudar a que las vacas alcancen el peso de mercado más rápidamente, pero el hombre promedio produce decenas de miles de veces más estrógeno todos los días que la cantidad encontrada en una porción de carne de una vaca tratada con hormonas. Para una mujer embarazada, esa cifra está en los millones.

8. Sólo la carne etiquetada «libre de antibióticos» está libre de antibióticos

Toda la carne en su tienda de comestibles está libre de antibióticos. Un animal tratado con antibióticos no puede ser sacrificado hasta que los fármacos se hayan quitado de su sistema. La etiqueta “sin antibióticos añadidos” o “criado sin antibióticos” significa que el animal fue criado sin nunca recibir ningún antibiótico. El uso excesivo de antibióticos en animales que en realidad no han sido diagnosticados con una infección bacteriana, fomenta la resistencia a los antibióticos y es una importante preocupación en salud pública. Por otro lado, renunciar a un tratamiento con antibióticos si un animal está enfermo sería inhumano. Las etiquetas indicando que «no se añadieron sub-terapéuticos» o que «no se les alimento con antibióticos» significan que los antibióticos sólo se usaron cuando era necesario.

9. Los alimentos etiquetados «naturales» se producen de manera diferente

Las etiquetas de alimentos naturales en realidad no significan nada. No todavía, de todos modos. La FDA (administración de alimentos y drogas) tomó comentarios del público el otoño pasado y va a deliberar si se debe regular «natural» en las etiquetas de los alimentos en el futuro. Dónde trazar la línea entre lo natural y no natural es una decisión difícil, y muchos expertos argumentan que es irrelevante, porque la naturalidad no es una indicación de la calidad o la seguridad.

10. Los químicos son la mayor amenaza para la seguridad alimentaria

Los contaminantes biológicos son, por mucho, el problema más común de la seguridad alimentaria. Bacterias nocivas como E. coli, salmonella o listeria, virus y parásitos pueden contaminar la carne o los productos perecederos. La cocción completa, la limpieza y el almacenamiento adecuado de los alimentos son la mejor defensa contra estos patógenos. Para las verduras crudas, el lavado puede reducir, pero no eliminar, la amenaza de exposición. Ciertos vegetales crudos, como los fertilizados con estiércol y los que crecen en condiciones cálidas y húmedas, como los brotes de alfalfa, son de un riesgo mayor. Enfermedades como la enfermedad de las vacas locas también pueden ser un problema de seguridad alimentaria, pero sólo en casos extremadamente raros.

Los productos químicos llegan a los alimentos mucho menos frecuentemente. Éstos incluyen las micotoxinas que son producidas naturalmente por hongos, contaminantes industriales o metales pesados que se encuentran naturalmente en los suelos. El Departamento de Agricultura supervisa los alimentos para detectar residuos de plaguicidas anualmente y por su último informe, “los residuos de plaguicidas en los alimentos analizados se encuentran en niveles por debajo de los límites de tolerancia establecidos por la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA) y no plantean ningún problema de seguridad.”

Plaguicidas en nuestra vida

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El control de plagas en casa, en las ciudades y en el campo es fundamental para mantenernos sanos y asegurar que los alimentos lleguen a nuestra mesa.

Un herramienta clave para este control, son los plaguicidas, los cuales están presentes en nuestra vida, más de lo que nos imaginamos.

Los hay naturales y de síntesis química, y nos ayudan a controlar desde roedores en las ciudades, pasando por mosquitos en los rellenos sanitarios hasta llegar a las distintas plagas que afectan las cosechas en el campo.  

Los alimentos que consumimos diariamente, deben competir por sobrevivir con 30.000 especies de malas hierbas, 3.000 especies de gusanos y 10.000 especies de insectos.

Y es que en el mundo, se pierde cada año entre 30 y 40% de las cosechas por plagas,  malezas o enfermedades.

Así, el cuidado de un cultivo pasa por sembrarlo en suelos con nutrientes, garantizar riego suficiente, monitorearlo diariamente para detectar plagas y controlarlas antes de que infesten el cultivo.

También las plantaciones  se deben proteger del viento y sol extremos, realizar las labores de poda y recolección a tiempo y proteger la cosecha para que llegue a la ciudad en buenas condiciones, entre muchas otras labores que incluyen las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA’s).

Control de plagas para alimentos sanos

Para prevenir y controlar las plagas los productores agrícolas diseñan un plan de Manejo Integrado de Plagas, MIP, tan importante como su plan de negocios para asegurar que su inversión y esfuerzo concluirán con una buena cosecha.

El MIP es un plan de prevención, observación y control de las plagas que incluye control cultural, biológico y químico de las plagas.

Ante la presencia de plagas que pongan en riesgo la cosecha, el agricultor puede elegir entre un plaguicida natural o un plaguicida de síntesis química.

Los plaguicidas naturales son mezclas de extractos vegetales que tienen componentes tóxicos que ayudan a controlar insectos, hongos y malezas, y se usan sobre todo en la agricultura orgánica.

Algunos ejemplos de este tipo de plaguicidas naturales son los ajíes, pimientos y ajos que tienen acción insecticida, la canela o el azufre que actúan como fungicida, para mencionar algunas de las sustancias utilizadas en la agricultura orgánica, la cual, produce un porcentaje mínimo de los alimentos en el mundo, en EEUU se estima que menos del 1% del total de la producción de alimentos proviene de este tipo de agricultura.

Por otro lado, los plaguicidas de síntesis química son diseñados industrialmente, utilizados ampliamente en la agricultura convencional desde la década del 50.

Son moléculas que exigen entre 8 y 10 años de investigación y desarrollo, producidos por una industria altamente tecnológica, que registra avances y mejoras diariamente y una de las más reguladas del mundo.

En ambos casos, los plaguicidas de síntesis química o natural, son sustancias que permiten proteger los cultivos de plagas, malezas o enfermedades, y así garantizar una suficiente producción de alimentos y otros bienes agrícolas.

Ojalá pudiéramos producir los alimentos que necesitamos sin necesidad de agroquímicos, plaguicidas o productos fitosanitarios, pero mientras tanto es la solución más segura que conocemos.  

 

Fuentes consultadas:

https://teca.fao.org/read/8629

https://www.eii.uva.es/organica/qoi/tema-12.php

https://www.fao.org/fileadmin/templates/agphome/documents/Pests_Pesticides/Code/Code_Spanish_2015_Final.pdf

Un pequeño peligroso al acecho de la salud humana

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El jején, como es conocido en Colombia, o arenilla, como lo llaman en Ecuador, por solo mencionar algunas de sus denominaciones en la región, es el principal transmisor de la leishmaniasis, una de las enfermedades más antiguas de las que se tiene registro. Menciones suyas datan del año 650 A.C.

Conocida en Asia como úlcera oriental, este mal conlleva desde síntomas como úlceras cutáneas que cicatrizan espontáneamente, hasta formas fatales como inflamación del hígado y del bazo. Hay tres variedades de la leishmaniasis:  visceral, cutánea mucocutánea.

Esta enfermedad no afecta solo a humanos y también está presente en perros y animales salvajes como liebres, zarigüeyas y coatíes, quienes contribuyen a su dispersión aunque son portadores asintomáticos del parasito.

Las primeras menciones en la historia de está enfermedad aparecen en Alkanun Fi El-Tebb, libro de medicina de origen árabe que data del  año 1037. Allí explican los síntomas y características de la patología y la llaman como úlcera de Balkh, una región afgana donde los brotes aún son comunes.

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En la Conquista de América estos mosquitos transmisores de enfermedades también jugaron un rol central. Durante los siglos XV y XVI, conquistadores como Francisco Pizarro tuvieron contacto con la enfermedad en las selvas húmedas del Perú y Ecuador.

El principal vector de las  Leishmaniasis, el Jején, es un insecto de la familia de los  Psychodidae, y se encuentran en los climas templados y calientes del mundo. Donde la humedad esté entre el 40 y el 70 %  hay condiciones ideales para su desarrollo.

No superan los 2 o 3 mm de grandes y su cuerpo está cubierto por pelo. Su ciclo de vida es incluye entre 3 y 4 semanas en su paso por la fase de de huevo, larva y pupa.

Ya en su fase adulta viven aproximadamente 30 días. Los adultos se alimentan de néctar de las plantas y frutas pero es la  hembra quien en su fase de gestación requiere del consumo de sangre.

Es importante resaltar, que a pesar de la alta difusión que tiene el Jején a nivel mundial, existen diversas formas de combatir la enfermedad de leishmaniasis. Actualmente se ha descubierto una molécula llamada la miltefosina, responsable de combatir activamente y de manera muy efectiva la enfermedad.

Por aspectos como insalubridad y desinformación este tipo de enfermedades continúan afectando a diferentes países, especialmente aquellos en los que la pobreza y la carencia de políticas públicas enfocadas en la prevención, son latentes.

Es de vital importancia informar a las comunidades vulnerables para evitar esta patología y utilizar plaguicidas bajo el direccionamiento de expertos para evitar percances.

Además existen métodos distintos al químico para combatir esta plaga, una de ellas son los dispositivos eléctricos, los cuales por medio de la luz atraen y electrocutan a los insectos ayudando a controlar la plaga.

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