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Crédito: FAO

Desde sus inicios, la agricultura se ha enfrentado a problemas relacionados con la infestación de plagas, malezas o enfermedades. Esto ha generado como consecuencia pérdidas en el rendimiento, disminución de cantidad de alimentos disponibles y bajas de calidad debido a su afectación en el aspecto.

Tiempo antes de la llegada de la agricultura moderna y el arribo de las tecnologías, la agricultura se basaba en producción de poca extensión de tierra. Las malezas eran controladas de forma manual con azadón o escardillo, un método poco preciso que afectaba los rendimientos de los cultivos.

Más adelante, la llegada de la maquinaria agrícola facilitó el arado para remover la tierra, de paso eliminar malezas y controlar algunas plagas. Dichas máquinas, podían ser de reja, de vertedera, de cuchillas o de discos, trasladados por fuerza animal -bueyes o caballos-. Posteriormente, fueron reemplazados por los tractores.

Este tipo de herramientas no eran tan efectivas para garantizar el control de plagas o malezas. Se requería la humedad exacta en el suelo para que la tierra fuese removida con el efecto deseado y se controlaran las malezas, sin destruir la estructura del mismo. Había casos en que el suelo se encontraba con mucha humedad por lo que se generaban rupturas en su estructura y afectaba la posterior fertilidad o el establecimiento del cultivo a sembrar.

Con la llegada de la agricultura moderna, que trajo consigo la investigación científica y el desarrollo de tecnologías innovadoras –entre esas los productos para la protección de cultivos-, se cambió la forma de producción y se aumentaron los rendimientos de las plantaciones. Esto demandó mayor profesionalismo en el campo y eficiencia en el cuidado de los lotes.

Se descubrieron moléculas de origen natural y se diseñaron otras de origen químico para proteger los cultivos. Junto con la aparición de la siembra directa, en la cual la remoción del suelo ya no era necesaria, las pérdidas generadas por erosión se disminuyeron.

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Crédito: Ica.gov.co

Hasta hoy, el uso de productos para la protección de cultivos, ha permitido aumentar los volúmenes de producción, al controlar durante mayor tiempo las malezas y la densidad de plagas o enfermedades. cabe recordar que una aplicación de productos fitosanitarios es eficiente solo cuando se aplica el producto adecuado, en el momento y con la dosis adecuada. Además, es indispensable que su uso se realice de una manera correcta al tomar precauciones, utilizar el equipo de protección personal indicado en la etiqueta y seguir las recomendaciones de uso respetando siempre, la dosis y los momentos de control.

Los plaguicidas o fitosanitarios, antes de salir al mercado, deben pasar por un tiempo estimado de investigación y desarrollo de 11,3 años. Son elaborados por equipos multidisciplinarios y han sido avalados por estudios y pruebas en áreas de desarrollo químico, biológico, toxicológico, de química ambiental y de eficiencia bilógica. En cada desarrollo se invierten aproximadamente 286 millones de dólares y solo una de 160 mil moléculas logra pasar del laboratorio al campo.