Los riesgos están latentes en nuestro día a día. Desde que nacemos hasta que morimos, los humanos nos enfrentamos con situaciones o herramientas que si bien pueden representar beneficios, también tienen la posibilidad de provocarnos un episodio negativo. La clave está en el uso o manejo que damos para controlar este riesgo.
El carro, por ejemplo, representa muchos beneficios para las personas: transporte, comodidad, seguridad, ahorro en dinero o en tiempo. Actualmente, hay más de mil millones de automóviles en el mundo y un promedio de usabilidad de una hora diaria del cuatro por ciento. Sin embargo, esta es una herramienta que presenta riesgos como los choques, la probabilidad de herir o arrollar a un transeúnte o de sufrir un incendio en el motor, lo cual no ha evitado que las personas dejen de usarlos. ¿Cómo se han manejado estas situaciones?
Plagas que atacan a tu familia. Situaciones de riesgo. ¿Cómo manejarlas? Entra en juego el Manejo del Riesgo, un concepto utilizado diariamente con diversas situaciones. Sigamos con el ejemplo del carro, para evitar tener accidentes o problemas que probablemente puedan hacernos daño, manejamos el riesgo a través de prácticas responsables y seguras para darle un buen uso a esta herramienta: tomamos clases de conducción, respetamos las señales de tránsito, no manejamos cuando tomamos licor y nos aseguramos de que nuestro automóvil esté en buenas condiciones técnicas. Así como este, son muchos los casos de Manejo del Riesgo que se presentan a lo largo de nuestra vida personal o incluso en actividades económicas como la agrícola. Para poner un ejemplo, los cultivos que proveen nuestros alimentos se ven afectados por plagas que pueden representar riesgos, no solo para el agricultor por las pérdidas, sino para los consumidores por los estragos que estas puedan dejar en los frutos.
Maneja los riesgos de los plaguicidas en cultivos. Con el fin de controlar o prevenir la aparición de estas plagas, los productores protegen sus cultivos con plaguicidas o fitosanitarios, que como en el caso del carro, son productos que exigen un Manejo del Riesgo adecuado, es decir, su efectividad depende de la responsabilidad con que se sigan las indicaciones de uso, tales como: utilizar el equipo de protección personal, hacer las aplicaciones en el momento apropiado de acuerdo a la infestación de la plaga, maleza o enfermedad, preparar la mezcla con la dosis correcta, aplicar el producto a las horas adecuadas, entre otras prácticas que buscan proteger los cultivos y evitar accidentes por el mal uso de los mismos. Evaluar el riesgo y manejarlo hace parte de nuestro día a día, esto nos permite hacer un buen uso de las herramientas que tenemos a disposición o de las situaciones que se presenten, lo cual se verá reflejado en beneficios inmediatos o a largo plazo. Y tú, ¿cómo manejas los riesgos?