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Investigadores de la Universidad Estatal de Iowa han diseñado nuevos compuestos eficaces, duraderos y más seguros para el medio ambiente

La estación de verano es muy temida por algunas personas debido a que los mosquitos se procrean en mayor cantidad y son los responsables de la transmisión de enfermedades peligrosas, como la malaria, el tifus o el virus del Nilo Occidental.

Esto llevó a un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Iowa, en Estados Unidos, a desarrollar un tipo nuevo de repelente, basado en ingredientes de origen natural y con menos efectos secundarios para el medio ambiente que los habituales. Sus resultados fueron presentados, recientemente, en la reunión anual de la Sociedad Americana de Química.

Desde finales de los años 40 el grupo de compuestos químicos llamado piretroides se convirtió en el principal ingrediente de los insecticidas de uso cotidiano, al igual que de los plaguicidas utilizados en el sector agropecuario. Estos suelen ser efectivos, pero con el paso del tiempo muchos insectos se volvieron resistentes a ellos, haciendo necesario explorar nuevas alternativas.

Con ese objetivo, el doctor Joel R. Coats y sus dos estudiantes de posgrado, James S. Klimavicz y Caleb Corona, desarrollaron un nuevo compuesto artificial, basado también en sustancias naturales, como en su día ocurrió con los piretroides.

Ellos se centraron en los sesquiterpenoides, que son un grupo de moléculas de origen vegetal, con un gran potencial como repelente de insectos. El problema de estas sustancias es que tienen un tamaño molecular muy elevado, por lo que resulta complicado aislarlos de las plantas, purificarlos y fabricarlos en el laboratorio.

Pero con el fin de comprobar su eficacia, Coats y su equipo utilizaron una cámara tubular, rematada con dos papeles de filtro en cada extremo. En uno de ellos no se puso ninguna sustancia, mientras que el otro se impregnó con el repelente a base de terpenoides.

Luego, se introdujeron mosquitos de diferentes especies y se utilizó una cámara de video para monitorizar durante dos horas y media la actividad de los insectos, especialmente observando si tendían a alejarse de la zona del repelente.

Los resultados fueron positivos, tanto con Culex pipiens, que actúa frecuentemente como vector del virus del Nilo Occidental, como con Aedes aegypti, responsable de la transmisión de la fiebre amarilla, el dengue y el zika. Además, también ahuyentó al mosquito Anopheles gambiae, transmisor de la malaria.

Ahora, según los investigadores, el siguiente paso será comprender con mayor precisión el mecanismo por el que estas sustancias actúan sobre los mosquitos.

Fuente: Opinión.com.bo