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El jején, como es conocido en Colombia, o arenilla, como lo llaman en Ecuador, por solo mencionar algunas de sus denominaciones en la región, es el principal transmisor de la leishmaniasis, una de las enfermedades más antiguas de las que se tiene registro. Menciones suyas datan del año 650 A.C.

Conocida en Asia como úlcera oriental, este mal conlleva desde síntomas como úlceras cutáneas que cicatrizan espontáneamente, hasta formas fatales como inflamación del hígado y del bazo. Hay tres variedades de la leishmaniasis:  visceral, cutánea mucocutánea.

Esta enfermedad no afecta solo a humanos y también está presente en perros y animales salvajes como liebres, zarigüeyas y coatíes, quienes contribuyen a su dispersión aunque son portadores asintomáticos del parasito.

Las primeras menciones en la historia de está enfermedad aparecen en Alkanun Fi El-Tebb, libro de medicina de origen árabe que data del  año 1037. Allí explican los síntomas y características de la patología y la llaman como úlcera de Balkh, una región afgana donde los brotes aún son comunes.

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En la Conquista de América estos mosquitos transmisores de enfermedades también jugaron un rol central. Durante los siglos XV y XVI, conquistadores como Francisco Pizarro tuvieron contacto con la enfermedad en las selvas húmedas del Perú y Ecuador.

El principal vector de las  Leishmaniasis, el Jején, es un insecto de la familia de los  Psychodidae, y se encuentran en los climas templados y calientes del mundo. Donde la humedad esté entre el 40 y el 70 %  hay condiciones ideales para su desarrollo.

No superan los 2 o 3 mm de grandes y su cuerpo está cubierto por pelo. Su ciclo de vida es incluye entre 3 y 4 semanas en su paso por la fase de de huevo, larva y pupa.

Ya en su fase adulta viven aproximadamente 30 días. Los adultos se alimentan de néctar de las plantas y frutas pero es la  hembra quien en su fase de gestación requiere del consumo de sangre.

Es importante resaltar, que a pesar de la alta difusión que tiene el Jején a nivel mundial, existen diversas formas de combatir la enfermedad de leishmaniasis. Actualmente se ha descubierto una molécula llamada la miltefosina, responsable de combatir activamente y de manera muy efectiva la enfermedad.

Por aspectos como insalubridad y desinformación este tipo de enfermedades continúan afectando a diferentes países, especialmente aquellos en los que la pobreza y la carencia de políticas públicas enfocadas en la prevención, son latentes.

Es de vital importancia informar a las comunidades vulnerables para evitar esta patología y utilizar plaguicidas bajo el direccionamiento de expertos para evitar percances.

Además existen métodos distintos al químico para combatir esta plaga, una de ellas son los dispositivos eléctricos, los cuales por medio de la luz atraen y electrocutan a los insectos ayudando a controlar la plaga.

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