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Al gusano cogollero le encanta el maíz, su fácil reproducción lo convierte en una de las principales preocupaciones de los productores de este grano y en una plaga que mantiene la atención de la ciencia para controlarla.

Este cereal de origen centroamericano ha sostenido durante diez mil años a la población mundial, no solo con su cuota alimentaria, sino con sus múltiples beneficios para la economía, la riqueza cultural e incluso las tradiciones religiosas.

Así como el arroz significó el desarrollo para Asia, el maíz marcó toda una ruta de crecimiento para Mesoamérica, al ser un cultivo domesticado que no sólo sería útil para el alimento, sino que a través del tiempo representaría materia prima para biocombustibles, textiles, cosméticos, medicamentos, alimentos procesados y un sin fin de usos industriales.

Pero la producción de maíz se ha visto amenazada por la Spodoptera Frugiperda más conocida popularmente como gusano o isoca cogollero. Brasil, Argentina y México como los países de mayor producción de maíz en América Latina han visto su impacto.

Esta oruga que causa el principal daño en estado de larva, es polífoga, es decir come cantidades que superan su propio peso y además, se alimenta de otras plantas, es así que una vez haya devorado el cogollo de las plantas de maíz, puede pasar a otros cultivos de gramíneas como el sorgo.

El daño del gusano cogollero puede ser completo, desde la germinación hasta la maduración del cultivo de maíz. La plaga comienza debilita el tejido vegetal al morder las hojas de la planta hasta causarle pequeñas manchas conocidas como “ventanitas”. Fortalece su sistema bucal al perforar las hojas del cogollo de la planta, hasta reducir el sistema vegetativo y llegar a los granos de maíz. Se estima que las larvas consumen en promedio 179.7 cm2 de superficie foliar de hojas de maíz.

Estos daños en regiones tropicales y subtropicales pueden representar pérdidas en el rendimiento de un 30 a un 64 % de las cosechas de maíz. Afortunadamente con ciencia y tecnología y con un buen Plan de Manejo Integrado de Plagas, MIP, ingenieros agrónomos, técnicos agrícolas y productores han logrado controlarla en América Latina. Sin embargo, en África es una plaga que afecta a más de 44 países, y que ha exigido inversiones de millones de dólares y el trabajo conjunto de entidades internacionales como la FAO, gobiernos locales, universidades, científicos y sector privado.

El maíz es uno de los principales cultivos en el mundo, y su producción está acompañada de ciencia y tecnología. Hoy se encuentran en el mercado semillas de maíz resistentes a plagas, con características que permiten aumentar los rendimientos, y mejorar la calidad del grano.

Fuentes: